
La promesa que Tupac Katari (se rebeló a la colonia del Kollasuyo 1780-1781) hiciera antes de ser asesinado parece haberse cumplido: Volveré y seré millones, dijo en su último suspiro, mientras cuatro caballos lo descuartizaban en el pueblo Peñas (Bolivia). Esa frase que ha quedado inscrita en la historia del mundo indígena debió ser una premonición de lo que ahora se empieza a vivir en el altiplano. Con multicolores trajes, banderolas, cánticos, y profundo orgullo; mujeres originarias de todas partes del mundo dieron inicio a la IV Cumbre Continental de Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Abya Yala. La igualdad y respeto entre el hombre, la mujer y la naturaleza, fue la propuesta que ellas presentaron como modelo de desarrollo para superar la crisis que se está viviendo en el mundo contemporáneo.
Con un pago a la Pachamama a orillas del majestuoso Titicaca se inició la cumbre indígena en Puno; luego de este acto, mujeres de todo el mundo engalanadas con multicolores indumentarias marcharon hacia la “I Cumbre de Mujeres Indígenas”; que comenzó en el auditorio Magno de la Universidad Nacional del Altiplano.
Al ingresar a ese ambiente, el olor a incienso, los instrumentos de viento y la venta de artesanías, anunciaron una reunión llena de costumbres y creencias ancestrales, situación que se concretó en el acto inaugural de esta primera cumbre, donde representantes de Perú, Guatemala, Bolivia, Brasil, Panamá y Argentina realizaron una particular invocación a la tierra según los credos de cada pueblo.
PANELES CENTRALES
Ya culminado el acto protocolar, se empezó con el desarrollo de los paneles centrales, los cuales tocaron los siguientes temas: “la cosmovisión e identidad como modelo de desarrollo”, “derecho de las mujeres, violencia y racismo” y “mujeres en la construcción del poder y la democracia”; de estos ejes principales se desprendieron 16 mesas de trabajo, las cuales rendirán como fruto una agenda común que se concluirá el día de hoy jueves.
En cuanto a cosmovisión, representantes mayas, quechuas, y shipibas dieron a conocer sus diferencias en cuanto a su percepción del universo, resaltando aquellas como puntos de unidad en una identidad originaria que se mantiene viva pese a la opresión, donde desde cada pueblo se genera sabiduría tanto en salud, educación y leyes, que son la mejor propuesta para un desarrollo efectivo y propio.
CRÍTICA A LOS GOBIERNOS
Al desarrollar el tema de derechos, racismo y violencia hacia las mujeres indígenas, el panel central conformado por ciudadanas de Bolivia, Brasil y Colombia, resaltó que pese a que en estos tres estados, al igual que en todo Latinoamérica, existen leyes en defensa de la mujer, éstas nunca se hicieron cumplir, quedando plasmadas simplemente en un papel.
Situación por la cual, la violación de derechos humanos, el aplacante racismo y la violencia en general afecta más que a nadie a las mujeres originarias que sufren atropellos de forma diaria. Como en Colombia, donde al igual que en las épocas del terrorismo en el Perú, las mujeres en estos momentos padecen el abuso de guerrilleros y del propio gobierno.
Tal es el caso de Aida Onic, colombiana que se hizo presente como panelista en esta cumbre, la cual con sus propias palabras manifestó que hace cinco meses sufrió el asesinato de su esposo, en manos del gobierno de Álvaro Uribe, pero pese a su dolor y ser expulsada de su tierra natal, no abandonará la lucha de resistencia social, con lo cual espera un mejor futuro para sus hijos.
Con un pago a la Pachamama a orillas del majestuoso Titicaca se inició la cumbre indígena en Puno; luego de este acto, mujeres de todo el mundo engalanadas con multicolores indumentarias marcharon hacia la “I Cumbre de Mujeres Indígenas”; que comenzó en el auditorio Magno de la Universidad Nacional del Altiplano.
Al ingresar a ese ambiente, el olor a incienso, los instrumentos de viento y la venta de artesanías, anunciaron una reunión llena de costumbres y creencias ancestrales, situación que se concretó en el acto inaugural de esta primera cumbre, donde representantes de Perú, Guatemala, Bolivia, Brasil, Panamá y Argentina realizaron una particular invocación a la tierra según los credos de cada pueblo.
PANELES CENTRALES
Ya culminado el acto protocolar, se empezó con el desarrollo de los paneles centrales, los cuales tocaron los siguientes temas: “la cosmovisión e identidad como modelo de desarrollo”, “derecho de las mujeres, violencia y racismo” y “mujeres en la construcción del poder y la democracia”; de estos ejes principales se desprendieron 16 mesas de trabajo, las cuales rendirán como fruto una agenda común que se concluirá el día de hoy jueves.
En cuanto a cosmovisión, representantes mayas, quechuas, y shipibas dieron a conocer sus diferencias en cuanto a su percepción del universo, resaltando aquellas como puntos de unidad en una identidad originaria que se mantiene viva pese a la opresión, donde desde cada pueblo se genera sabiduría tanto en salud, educación y leyes, que son la mejor propuesta para un desarrollo efectivo y propio.
CRÍTICA A LOS GOBIERNOS
Al desarrollar el tema de derechos, racismo y violencia hacia las mujeres indígenas, el panel central conformado por ciudadanas de Bolivia, Brasil y Colombia, resaltó que pese a que en estos tres estados, al igual que en todo Latinoamérica, existen leyes en defensa de la mujer, éstas nunca se hicieron cumplir, quedando plasmadas simplemente en un papel.
Situación por la cual, la violación de derechos humanos, el aplacante racismo y la violencia en general afecta más que a nadie a las mujeres originarias que sufren atropellos de forma diaria. Como en Colombia, donde al igual que en las épocas del terrorismo en el Perú, las mujeres en estos momentos padecen el abuso de guerrilleros y del propio gobierno.
Tal es el caso de Aida Onic, colombiana que se hizo presente como panelista en esta cumbre, la cual con sus propias palabras manifestó que hace cinco meses sufrió el asesinato de su esposo, en manos del gobierno de Álvaro Uribe, pero pese a su dolor y ser expulsada de su tierra natal, no abandonará la lucha de resistencia social, con lo cual espera un mejor futuro para sus hijos.
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